miércoles, 8 de septiembre de 2010

SIMPATÍA POR EL DIABLO

           En la noche oscura por fin asoma una brizna de luna, afilada y fina como una guadaña, roja sangre, evocadora o aterradora, generosa, porque se deja ver como tú la quieras ver. Abajo, en la negrura opaca, parece que el mundo gira solitario y vacío. No es así. Se acumula en los surcos de la tierra, y sobre las olas en el mar, el universo paralelo y frío como un témpano creado a imagen y semejanza de los dioses, de los ángeles y arcángeles, de los santos, y de ti, diablo. Con las olas del mar sobre los surcos de la tierra generas el barro inmundo, degenerado, ruín y malintencionado de tu tormento. Pero no vas solo en tu travesía. Como vendedores de aire, bellacos mentirosos, te van allanando el camino tus antiguos semejantes, como tú atormentados y fétidos, que con hastío escupen escondiendo sus podridas bocas tras ensalzar con hipocresía a su creador, al creador que mira sonriente, despreocupado, a otro lado, igualmente hastiado, aburrido. Ya no oye la plegaria, no hace caso de la angustia, porque sabe, omnipotente, que nada de eso existe. Una miriada, como estrellas en el infinito, de lamentos, de lloros desconsolados, suplica la señal divina, que ya no aparecerá jamás. Y entonces tú, diablo, atento y astuto, impones tu ley. Sin oraciones, sin suplicatorios. Sólo llenas las mentes de codicia y podredumbre, y con tu medida llena, ríes escandoloso en cualquiera que sea tu trono, contemplando la destrucción que produce la avaricia que sembraste. Y es por eso que simpatizo contigo. Porque sólo tú eres capaz de comprender la estúpida naturaleza baja y mil veces maldita de estos hilarantes engendros que aspiran torpemente a imitarte a ti, al ajeno creador, y a cualquier cosa que les parezca interesante. Sólo cabe preguntarse qué sucederá cuando tú también te hartes de esa puerca miseria.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Se llama palimpsesto (desde el griego antiguo παλίμψηστον que significa grabado nuevamente) al manuscrito que todavía conserva huellas de otra escritura anterior en la misma superficie, pero borrada expresamente para dar lugar a la que ahora existe.
     Y cabe la posibilidad de que este blog sea un palimpsesto. Tantas cosas que decir, escritas y borradas una y otra vez, que alguna vez deberán quedar expuestas, aún amparado en el anonimato, por si alguien quiere bucear en el torrente interminable de ideas y opiniones que inundan a este humilde pensador. Adelante pues.